ESTIGMA
DE DRAGÓN CAPITULO i
Madera
y metal
No
podía seguir así por mucho más tiempo. Allí, en cielo abierto ellos tenían la
ventaja. Eran mucho más rápidos que su moto aerodeslizadora. Tenía que bajar,
sabía que tenía que bajar, pero aún no estaba muy segura de qué le daban más
miedo: sus perseguidores o los árboles.
Podía
ver cómo a sus pies se abría una inmensidad de distintas tonalidades de verde,
que continuaba hasta donde alcanzaba la vista. Si se internaba entre las copas
tal vez, y solo tal vez, podría despistarles.
Aquella
huida estaba siendo una locura de principio a fin. Meses preparándose para
aprovechar el mínimo resquicio que encontrara para poder escaparse y ahora,
fuera de los túneles que comunicaban las ciudades, no sentía que estuviera más
cerca de conseguir su propósito que cuando estaba en ellos. Sabía que se
tendría que enfrentar en algún punto con ellos, aunque tenía la esperanza de
haber conseguido más distancia para entonces. Pese a que se aferraba con fuerza
al manillar, concentrándose en maniobrar, se sentía completamente bloqueada. Los
árboles le provocaban un pavor profundo y allí, en el aire, era presa fácil,
pero no se decidía a bajar. Volaba y volaba, como si así pudiera ser capaz de
espantar sus temores y sus problemas se fueran a solucionar solos.
Casi
se cae de la aerodeslizadora cuando uno de sus perseguidores la alcanzó. Estaba
ahí, a escasos centímetros, alargando la mano para detenerla, con sus fríos
ojos metálicos, sin iris ni pupila, clavados en ella. Se le escapó un grito y
viró bruscamente hacia abajo. Sin darse cuenta, estaba pasando entre los árboles,
entre sus copas, rozando con ramas y hojas.
Su
corazón latía a mil. Creía que finalmente iba a morir, se iba a estrellar, los
árboles iban a…
Escuchó
como ellos también se introducían entre el ramaje, de forma mucho más elegante
y menos estrepitosa que ella. Claro que, por otro lado, era mucho más fácil volar
con alas que con aquella máquina, por muy último modelo que fuera. Se esforzó
en zigzaguear, torcer, ascender más, descender, maniobrar, lo que fuera para
darles esquinazo, pero no había manera. Mientras tanto, podía notar el temblor
de su cuerpo al ver a aquellos colosos de madera a su alrededor, sintiéndose
atrapada por sus cúpulas verdes, preguntándose cuanto tardarían en reaccionar.
Ya le estaba pareciendo que tardaban demasiado.
Como
si los árboles estuvieran de acuerdo con ella, escogieron ese momento para
apresar la máquina de la que se servía para surcar los cielos y la atraparon
entre las ramas con el sonido de un latigazo. El repentino frenazo hizo que su
cuerpo se disparara por inercia hacia delante, chocando brutalmente contra el
suelo al caer. Por suerte, su casco y su traje estaban diseñados para resistir
impactos como ese o peores. Desgraciadamente, ni eso le libró de un buen
aturdimiento.
Se
giró, tumbada como estaba, tratando de encontrar de nuevo el arriba y el abajo.
Le dolía todo el cuerpo. No podía quejarse, de todas formas: si no fuera por el
traje estaría muerta, aunque este no fuera eficaz cien por cien y su cuerpo
terminara lleno de moratones.
Las
cosas empezaban a aclararse cuando escuchó un sonido que disparó sus alarmas de
nuevo. El sonido de las plumas metálicas al batir contra el viento. Hizo un
soberano esfuerzo por incorporarse y arrastrarse en dirección contraria. Fue
entonces cuando lo vio, apareciendo entre las ramas como una aparición.
Un
ángel de metal, un robot que parecía más esculpido que construido, una hermosa
pieza de arte que había cobrado vida milagrosamente. ¿Por qué eran tan bellos?
Sus facciones y cuerpos perfectamente proporcionados eran tan hermosos que
hacían daño, era incapaz de dejar de mirarlo mientras los árboles a su
alrededor creaban halos de luz que lo envolvían, creando a partir del robot un espectáculo
de luces y sombras del que no podía apartar la vista. Se maldijo a si misma,
pero no podía dejar de admirarlo mientras se le echaba encima a una velocidad
endiablada, incapaz como estaba de moverse y esquivarle en condiciones. ¿En qué
estaría pensando sus diseñadores cuando los hicieron así? Incluso su gesto, tan
vacío, tan frío, era merecedor de exponerse en un museo para ser admirado. Tal
vez, si los ángeles existieron algún día, ese era el aspecto que verdaderamente
tendrían.
Volaba
a ras de suelo. Pretendía agarrarla, elevarse rápidamente y volver a la polis.
Su intento de fuga había fallado y no era capaz de imaginarse lo que esto
podría suponer para su integridad física y mental. Sabía que solo tenía una
oportunidad y había fallado.
El
suelo comenzó a temblar. De golpe salieron varias raíces del suelo, apresando
al ángel con la fuerza de una constrictor. Le habían cogido las piernas y poco
a poco las raíces escalaban por su espalda y sus alas, tirando de él,
arrastrándole hacia la tierra. El ángel alzó un brazo, y el metal su mano se
volvió líquido, se estiró, se ensanchó y se separó de su mano. Agarró con
fuerza lo que se había convertido en el pomo de una espada, mientras el filo se
endurecía hasta que, finalmente, golpeó duramente las raíces con su recién
creada espada para librarse de ellas. Sin embargo, no pudo. Cada vez salían más
y más raíces, como si todos los árboles de la zona estuvieran ayudando para
detener al intruso. En silencio, sin que el robot emitiera sonido, las raíces
se lo tragaron y volvieron bajo tierra con él ángel enredado en ellas. Casi
sintió pena al ver a ese bello y frío rostro desaparecer bajo tierra. Casi.
Los
sonidos que le llegaban provenían sin duda del resto de ángeles que venían en
su persecución. Todos luchaban con los árboles, ella misma sentía el cosquilleo
de las raíces cuando pasaban a su alrededor. La lucha duró poco más, y tan
rápido como empezó terminó.
Veamos... de momento me parece una historia interesante, en especial el prólogo ya que tiene un tóno de fantasía épica que atrapa. Sin embargo, me ha chocado mucho el primer capítulo, ya que no esperaba de ninguna manera encontrarme con una época futurista.
ResponderEliminarConfío en que este detalle no merme la calidad de la historia y que ésta continúe con su tono épico.
Me gusta la manera de narrar que tienes, ya que convierte la lectura en algo muy ameno y entrenido. En cuanto a fallos ortográficos... no he encontrado nada, así que mi enhorabuena y ¡adelante!
Te seguiré leyendo :)
¡Gracias por comentar! Me alegro de que te haya gustado. Note preocupes, tendrá su parte de fantasía y épico será un rato. La calidad de la historia es muy importante y no dejaré que decaiga :)
ResponderEliminar